El Palacio Provincial de la Diputación de Ciudad Real se convirtió recientemente en epicentro de análisis y reflexión, reuniendo a fiscales especializados en derechos civiles, discapacidad y personas mayores. Este encuentro tuvo lugar en el Colegio de Abogados de Ciudad Real, dentro de un marco de jornadas de trabajo que buscan mejorar la protección de los colectivos más vulnerables.
Los asistentes fueron recibidos por Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación, acompañado de Encarnación Medina y Maribel Mansilla. Valverde destacó la relevancia de la recién establecida Red de Cooperación Internacional Civil y Penal de Fiscales, una iniciativa que pretende coordinar acciones en situaciones transfronterizas, beneficiando particularmente a grupos vulnerables.
El evento no solo se centró en el trabajo, sino también en la apreciación cultural, con una visita guiada por la exposición permanente de Ángel Andrade y las históricas salas del palacio. Valverde enfatizó el papel de la Diputación como «la casa de todo el municipalismo de Ciudad Real», resaltando la colaboración continua con entidades del tercer sector y proyectos dirigidos a mejorar el acceso a la justicia para personas con discapacidad.
Además, se incentivó a los fiscales a explorar el patrimonio cultural de la región, con recomendaciones como el Palacio de los Condes de Valdeparaíso en Almagro. La diversidad paisajística y la riqueza vitivinícola de la provincia también fueron puntos de interés destacados por Valverde.
La historia del Palacio Provincial, desde su creación en 1893, fue rememorada, ilustrando su continua dedicación a ofrecer servicios educativos y sanitarios. Encarnación Medina, vicepresidenta de Atención a las Personas, reafirmó el compromiso de la Diputación con los más vulnerables, subrayando su vocación de servicio.
Por otro lado, María Pilar Martín Nájera, fiscal del Tribunal Supremo, y otros colegas como María José Segarra y Miguel Ángel Carballo, señalaron la importancia de las jornadas y la colaboración con la Diputación.
Estas jornadas, que se extenderán hasta el 4 de octubre, prometen cerrar con una experiencia gastronómica local basada en productos de caza, ofreciendo una oportunidad adicional para los participantes de conectar con la cultura y tradición de Ciudad Real.
Este evento simboliza una convergencia significativa entre el ámbito judicial y comunitario, estableciendo un precedente de colaboración para el bienestar de las personas más vulnerables de la sociedad.