El edificio del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Albacete ha sido honrado en la reciente edición de los Premios de Arquitectura y Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM), al recibir el premio en la categoría «Permanencia Obra Nueva». Diseñado por los prestigiosos arquitectos Francisco Candel y Juan Caballero, esta construcción se destaca por su notable adaptación y perdurabilidad a lo largo de más de dos décadas, cumpliendo con los criterios de antigüedad establecidos por la organización.
El jurado ha puesto especial énfasis en la consistencia y durabilidad de este proyecto arquitectónico. De acuerdo con las declaraciones de Francisco Candel, estos elementos no solo dependen de la calidad de la obra, sino también del cuidado continuo por parte de sus usuarios. «La obra debe estar bien construida, y esa sí es nuestra responsabilidad. Sin embargo, también es necesario que el usuario la cuide, como patrimonio que es de la ciudad donde se construye», señaló Candel.
Este reconocimiento se inscribe en un contexto de creciente atención hacia la protección de la arquitectura contemporánea en la región. Durante las recientes II Jornadas de Arquitectura y Patrimonio, se subrayó la importancia de crear un inventario de edificios contemporáneos con valor arquitectónico, con el fin de definir su grado de protección. Elena Guijarro, decana del COACM, destacó la necesidad de mantener un diálogo continuo con los legisladores para avanzar en la salvaguarda de estas obras modernas.
El edificio del Colegio de Aparejadores de Albacete se alza como un notable referente dentro del entorno urbano de la ciudad, no solo por su diseño innovador, que incluye una fachada autónoma y un uso eficaz del espacio interior, sino también por su capacidad para integrarse y adaptarse al entorno. Este estado original, que ha logrado preservar notablemente desde su finalización, es un testimonio de la calidad constructiva y del mantenimiento adecuado del inmueble.
Francisco Candel y Juan Caballero, con una carrera profesional altamente reconocida, ya han sido galardonados en otras ediciones de estos premios, consolidando su influencia y relevancia en el panorama arquitectónico de Castilla-La Mancha. Su obra en Albacete no solo celebra el legado de la arquitectura bien concebida, sino que también lanza un llamado de atención sobre la necesidad de proteger y preservar la integridad de las construcciones contemporáneas que forman parte del patrimonio cultural de la región.